{-Narra Pilar-}
¿Qué era lo que sentía en estos momentos? ¿Rabia, dolor… vacio? No lo
sabía exactamente bien, pero no quería seguir así más tiempo. Escuché su voz.
Creí que alucinaba por un momento y fue un acto reflejo desear otra vez
escucharla, la necesitaba más que a nada. Volví a escucharla pero esta vez más
cerca, sí era real. Era él.
-
Pilar… - Decía en un hilo de voz conteniendo las
lágrimas y acercándose poco a poco a mí. Le notaba con miedo. Me calmé, mi
orgullo no dejaba que me viera más llorar. Si me veía me sentiría débil, no
quería que me viese así. Le di la espalda. – Perdóname, te juro que fue un
error. Yo solo te quiero a ti y no sé en lo que pensaba en aquel momento. Tú
eres todo en mi vida y si no te tengo, no sé qué será de ella. – Comenzó a
llorar. – Estoy muy arrepentido. Y entiendo que no quieras hablarme, ni
mirarme. Pero necesito saber que me perdonas, no puedo seguir así, me estoy
muriendo. Muriendo por ti. – Me di la vuelta, las lágrimas caían de sus ojos
sin cesar. Tenía la cabeza mirando al suelo. Se dio cuenta de que le miraba e
hizo lo mismo. En mi rostro se dibujaba una pequeña sonrisa de ternura. –
Entonces… – Asentí sin pensármelo. - ¿Me perdonas? – Dijo entre sorprendido y
alegre. Volví a asentir. Me abrazó con fuerza, estaba sonriendo mostrando todos
sus dientes blancos y perfectos. Pero yo no podía, no era tan fácil. Se acercó
con intenciones de besarme, me aparté.
-
No, Zayn, te he perdonado, pero no dije que
fuera a ser todo como antes. – Fueron mis primeras palabras hasta entonces.
¿Quién me afirmaba a mí que no se iba a volver a repetir? Si había tenido el
valor de engañarme una vez podía hacerlo dos veces.
-
Vale, sí, lo veo normal. – se sentó en la cama
de Isa. Me incorporé para quedar más cómoda. – Te quiero. – Unas hormiguitas
recorrían mi estómago, como en la primera vez que nos conocimos, como la
primera vez que nos besamos. Todos esos momentos volví a revivirlos en mi
cabeza. Miré las sábanas estaba empapadas de lágrimas. ¿Tanto había llorado? Me
miré la mano, estaba vendada por Isa. Zayn desvió su mirada a ella y el rostro
le cambió por completo. - ¿Qué coño has hecho?
-
Me corté.
-
¿Cómo?
-
Cuando te fuiste esta mañana, el jarrón que había
en la mesilla... – Señalé hacia el lugar donde hace unas horas estaba ese
jarrón. – lo tiré cogí uno de los trozos del suelo y lo apreté con fuerza. –
Hice una mueca de dolor al recordarlo.
-
Estás loca. – Me cogió la mano con cuidado. -
¿Está mejor?
-
Sí. A Isa se le da bien esto de jugar a los
médicos. – Sonreímos.
-
¡Hombre, pero si sonríes!
-
Claro, si quieres me tiro toda mi vida ahí
amargada… - Silencio. – Por ti.
-
Nadie se merece tus lágrimas y menos yo. – Pasó su
mano por mi mejilla con suavidad. Me estremecí.
-
Creo que ya es tarde, ¿no? – Se miró el reloj
que llevaba puesto en la muñeca. Asintió. Lo acompañé hasta la puerta.
-
Por cierto. Mañana tengo día libre. ¿Te apetece
tomar un café o algo? – No le respondí, no sabía si era bueno o no quedar con
él. – Ya te llamaré y cuídate. – Me dio un beso en la frente y se fue. Volví a
mi habitación y me puse el pijama, al rato tocó a la puerta Isa.
-
¿Qué tal todo?
-
Le perdoné
-
¿Sí? – Sonrió de oreja a oreja. – Aunque pienso
que es un capullo y que no se merece una tía tan fantástica como tú. Pero todo
el mundo merece una oportunidad, ¿no? – Reí de lo rápido que estaba hablando
casi no se le entendía.
-
Sí, le he perdonado. Pero no va a volver todo
tan bien como antes. Unas simples palabras bonitas no cambian lo que sucedió y
el daño que me ha hecho.
-
Te entiendo. – Me abrazó. Necesitaba uno y más
si era de ella.
-
Te quiero. – No es que se lo dijera mucho pero
la verdad es que sí que la quería. Si estoy mal, ella está ahí. Si necesito
algo, ella está ahí. En los buenos momentos, ella está ahí. Y ella sabe que yo
siempre estaré ahí igual que ella hace.
-
Yo muchísimo más. – Me abrazó más fuerte aún.
Empezamos a reír haciéndonos cosquillas y amenazándonos, pero siempre en broma.
-
Una cosa. – Dije entre risas. Paramos. – Me ha
invitado Zayn a ir a tomar un café mañana. ¿Qué hago?
-
Lo que tu corazón desee. Pilar, son tus
sentimientos no los míos. Esas cosas las decides tú. – Me dio un beso en la
mejilla y se levantó, pues estábamos tiradas en la cama. Odiaba cuando decía mi
nombre y no me insultaba, eso significaba que lo decía en serio. Da miedo
cuando se pone así.
-
Tengo sueño, mañana veré. – Aparté las
sábanas y me metí en ellas. Isa hizo lo mismo después de ponerse el pijama.
Ponía I love Irlanda y estaba dibujada la bandera de allí en grande, seguro
que se la compró Niall. Me eché a reír yo sola. – Buenas noches, señorita
Horan. – Reí de nuevo, pero esta vez un tanto exagerado.
-
Buenas noches, imbécil. – Apagué las luces. Di
vueltas en la cama pero no podía dormir. Recordé la pasada noche con
Zayn y me acordé de que todavía no se lo había contado.
-
Isa.
-
Dime, pesada.
-
No soy virgen.
-
¿Qué? – Encendió la luz de golpe y fue corriendo
a mi cama. – Estás tardando en contármelo todo, puta.
-
Oye, oye, sin insultos o nada.
-
Vale. Guapa, preciosa, hermosa cuéntame tu
primera experiencia sexual. – Puso voz pícara. Me eché a reír, esto ya era
demasiado.
-
¿Te acuerdas dónde dormimos anoche? – Empezó a
chillar como una loca.
-
No me cuentes más. – Se hacía aire con las
manos. – Ya te vi yo muy contenta…
-
Sí, bueno…
-
Que sosa que eres, por dios. ¡Sigue!
-
Habló. Si quieres te lo cuento dando saltitos
después de todo. – Rió. – Ocurrió y ya. Y bueno tampoco me arrepiento. Tengo la
suerte de poder decir que he perdido la virginidad con alguien a quién amo y él
también a mí, ¿no? – Silencio. – Porque me quiere, ¿verdad?
-
Claro que te quiere, tonta. – Me miró mal pero
enseguida cambió su cara y siguió preguntando. - ¿Y qué sentiste? ¿Disfrutaste?
– Empezó a reír ella sola.
-
Y a ti que te importa. – Isa puso cara de si
estaba bromeando o algo así. – Pues… no estuvo mal. Me gustó.
-
Normal. – Reímos de nuevo.
-
¿Y tú con Niall? Que yo sepa eres virgen o
miento. – Era mi turno de preguntas. Se levantó y volvió a la cama. Apagó la
luz. – Eh, eh, ahora no te interesa hablar, ¿no? – Volví a encender la luz.
-
No hicimos nada. Le dije que era virgen y me
contestó que él también lo era, cosa que no me creo. Pero ya no nombró nada del
tema. – Suspiró. – A lo mejor no quiere que su primera vez sea conmigo. – Dijo las
palabras primera vez entre comillas.
-
Si te ha dicho que es virgen será por algo, ¿qué
gana mintiéndote? – Se encogió de hombros. – Pues eso. Que tengo sueño. –
Apagué la luz. – Buenas noches, cielo.
-
Buenas noches. – Me había gustado esta
conversación, me había animado y hecho olvidar las cosas con Zayn.
A la mañana siguiente me desperté. Se olía a comida, y tenía hambre,
así que me levanté dispuesta a por eso que olía tan bien. Me miré primero al
espejo, menuda cara que tenía. Bueno, en casa tampoco es que fuera a ligar. Me
puse las zapatillas y fui hacia la cocina. Paré de golpe en la puerta.
-
¿Tú qué haces aquí?
Me encanta tu novela es genial, siguiente por favor y si no es mucha molestia pasate por el mio http://stolemyhearttt.blogspot.com.es/
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