lunes, 2 de abril de 2012

Capitulo 30.


{-Narra Isa-}


Pilar había ido a hablar con Zayn, sospechaba. Pues es que si no quería que se enterase de lo que había pasado podía ser algo más disimulado. 


Me vestí; unas mayas, camiseta ancha y las deportivas. Cogí una botella de agua y salí del piso. Fui en dirección a un parque que pillaba algo lejos pero era especial para correr. Estuve por ahí como una hora y, agotada, decidí volver a casa. 


Estaba a pocos metros cuando vi que salía una persona conocida de allí. Era Zayn, y estaba llorando.


-          ¿Zayn? ¿Qué ha pasado? – No me contestó, siguió su camino como si nadie le hubiera preguntado nada. De todas maneras, yo ya sabía de qué iba todo aquello. Subí las escaleras a tiempo record y abrí la puerta. Oí sollozos que venían de la habitación, corrí a abrir la puerta. - ¡Pilar! – Observé un charco de sangre en el suelo que me llevaron hacia su mano. Estaba sangrando. - ¡Tu mano! – Le ayudé a levantarse y fuimos a la cocina. Casi no tenía fuerzas para andar así que la tuve que llevar como pude. Llegamos a la cocina y la senté en una silla. Yo mientras busqué el botiquín, menudo corte se había hecho. No dejaba de llorar en ningún momento. No soportaba verla así por culpa de la inmadurez de algunos. La curé, con el mayor cuidado. Ella no se quejaba, la comprendía, esa herida no era la peor. - ¿Vamos a la habitación? – Asintió parando de llorar. Esta vez podía andar ella, aunque iba lenta y cabizbaja. Nunca la había visto así de mal, me dolía. Se acostó en la cama con la mirada perdida. Escuché mi móvil. Era Niall. - ¿Sí? – Me dirigí al salón.


-          ¿Cómo está?


-          No es ella. No habla, solo llora.


-          Normal. Yo cuando vi a Zayn, tampoco lo reconocía. No sé que le ha podido pasar por la cabeza para hacer eso.


-          Pues sí. Y lo peor de todo es que cuando he llegado estaba todo roto y tirado por el suelo. Y su mano… Se ha hecho un corte en la mano, toda llena de sangre y el suelo también. – Me entró un escalofrío al volver a recordarlo.


-          ¿En serio? 


-          Muy en serio. – Oí que empezaba a llorar otra vez. – Niall, cuelgo, ¿vale? Voy a estar con ella.

 
-          Vale. Dale recuerdos y un abrazo de mi parte. – Iba a colgar, pero volví a oírlo hablar. – Y… que te quiero, Isa. – Una sonrisa volvió a invadir mi rostro. 


-          Sabes que yo muchísimo más. – Hizo el sonido de un beso y colgué. Me senté en el borde de la cama de Pilar. Escuché piedras en la ventana y fui a asomarme. No, él otra vez no, ¿Qué quería, empeorar más las cosas? - ¿Qué quieres?


-          Hablar con ella.


-          No. – Dije cabreada. Sentía impotencia, ganas de bajar y partirle la cara a ese que había sido el responsable de que Pilar estuviera así.


-          Por favor.  – La verdad es que se le veía arrepentido. Me giré y le pregunté que si quería hablar con él. Ella no me contestó, era obvio que no.


-          No quiere.


-          Dile que todo fue un error, un error que ojala me deje explicárselo. Y que la amo.


-          Joder, Zayn, lo hubieras pensado antes. – Cerré la ventana de golpe haciendo demasiado ruido y provocando una mueca de dolor en la cara de Pilar.


Pasaban las horas y cada vez se iba haciendo más oscuro. Pilar dejó de llorar, alguna que otra vez le salía una lágrima fina que en segundos desaparecía. Me asomé por la ventana. Zayn seguía ahí, sentado en la acera, mirando hacia abajo. Decidí bajar. Cuando me vio se levantó con una mueca de esperanza en la cara.


-          ¿Te ha dicho algo?


-          No, no me ha dicho nada. Ni ha comido nada, no se mueve de la cama. – La única esperanza que tenía se desvaneció y volvió a sentarse.


-          ¿Entonces qué haces aquí?


-          Es de noche y hace frio. – Froté mis manos con mis brazos. – Quiero que subas y por lo menos lo intentes, otra vez.


-          ¿De verdad? – Asentí con una sonrisa. – Gracias, de verdad. – Me dio un beso en la mejilla.


-          No las des… - Empecé a andar hacia la puerta de la entrada. – Y sube antes de que me arrepienta de lo que estoy haciendo. – Me volvió a dar un beso. Subimos y le señalé donde estaba la habitación aunque parecía que el ya lo supiera.


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