jueves, 23 de febrero de 2012

Capítulo 3. One thing


Después de comer decidimos salir un poco a ver Londres, todavía nos quedaba toda una bonita tarde por delante que había que aprovecharla, lucía el sol hoy, raro en Londres que siempre suele estar nublado o lloviendo. Cuando nos disponíamos a abrir la puerta oímos unos ruidos de llaves que procedía de fuera, era Amelia que ya había llegado.

- ¡Hola chicas! – Decía mientras cerraba la puerta. – Me llamo Amelia, encantada – Nos dio dos besos a las dos. - ¿Habéis comido bien?

- Hola, encantadas nosotras. – Dijimos a dúo. – Sí, muy rica la comida. – Continuó Pilar muy educadamente. Amelia señaló el largo pasillo que había justo a nuestra izquierda.

- ¿Os habéis acomodado ya? – La verdad es que no nos habíamos dado cuenta de ese enorme pasillo que comunicaba con bastantes habitaciones más. Nos sentíamos un poco raras en una casa que no conocíamos y estando solas. Señalé hacia el salón.

- No, tenemos las maletas todavía en el salón. – No había terminado de decir la frase cuando ya estaba de camino a coger las maletas para llevarlas a nuestra futura habitación. La seguimos y entramos en la habitación, era bastante espaciosa, habían dos camas y un gran escritorio con dos portátiles que parecía nuevos encima de él. Un armario bastante amplio donde cabrían de sobra montones de ropa. Puso las maletas encima de una de las camas.

- Bueno, aquí os dejo. Ir acomodándoos y ya me contáis qué vais a hacer. Yo esta tarde la tengo ocupada, he conseguido trabajo y me toca currar. – Nos decía mientras se marchaba por la puerta cerrándola y dejándonos ahí en esa enorme habitación con esos preciosos portátiles.

- ¡Woow! Tú no sé qué es lo que harás, pero yo lo primero que voy a hacer es coger ese ordenador blanco de ahí. Tú te quedas con el negro. – Se quitó los tacones y fue corriendo a por él y tumbarse en la cama. Lo encendió y ya ella sabrá que estaría haciendo pero tenía una sonrisa de oreja a oreja. Yo, sin embargo, puse toda mi ropa en el armario, y como sé que si no se la ponía yo a Pilar su ropa se podía tirar ahí los dos meses se la organicé también. Me puse algo cómodo e hice lo mismo que ella, coger el portátil y tirarme a la cama.

Mientras estaba yo tranquilamente hablando con gente que había dejado allí en España, vi en tuenti una pestañita con una foto conocida, más que conocida, era Pilar. Estábamos a menos de un metro de distancia y se pone a hablarme por ahí. La abro y empiezo a leer: One Directioooooooooon va a hacer un pequeño concierto aquí cerca. Asdfghjklñedsfaiusikeruajsdbmnsd voy a moriiiir *___*. Está completamente ida de la olla.

- Pues tendremos que ir, ¿no? – Le solté después de terminar de leer el mensaje que había dejado. Me miró un poco sorprendida.

- Claro que hay que ir. – Se incorporó y se acercó a mi para darme un beso. Bueno más que un beso fueros muchos más, estaba tan emocionada.

- Para, para. – Se separó y me pasé la mano por la mejilla que me había besuqueado y puse una cara de asco. Y comenzamos a reírnos. - ¿Y cuándo se supone que es?.

- La semana que viene, exactamente el miércoles. – Decía con una sonrisa en la cara. – Pero tenemos que darnos prisa, el sitio no es muy grande, es decir, no habrán millones de entradas. Así que, ahora mismo vamos a comprarlas. – Yo asentí con la cabeza y comencé a cambiarme, anteriormente me había cambiado la ropa y no iba a salir con esas pintas a la calle. Termino de cambiarme y salgo de la habitación y me encuentro con una Pilar ansiosa e impaciente al lado de la puerta dando golpecitos en el suelo con el pie. – Eh, por fin. ¡Vamos!

- Amelia, salimos un rato. Enseguida venimos. – Antes de cerrar la puerta pude oír un vale en respuesta. Bajamos por el ascensor y salimos a la calle, lucía un sol parecido al de España, que coño digo, es el mismo, pero parecía tan diferente mirándolo desde Londres. La verdad es que iba a echar de menos todas las cosas de España, sobre todo la comida, me comentaron que la comida aquí era malísima, pero a mí y a Pilar no nos importa, nosotras nos comemos de todo que nos pongan. Pilar llevaba apuntado en un papel la dirección del lugar al que nos dirigíamos, iba caminando a paso ligero y yo soy de esas que no puede ir así y de vez en cuando tenía que correr para no perderla.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario