miércoles, 7 de marzo de 2012

Capitulo 13. Na na na


-Narra Pilar-


Ahí estábamos los dos en ese parque tan bonito lleno de árboles verdes, flores, con su polen que hace que estornudes y te pique la nariz, bichitos y demás, sentados en un banco cercano a donde quedamos.


-           Y bueno dime, ¿para qué hemos quedado? - Dije levantando la mirada del suelo y fijándome en su sonrisa.


-           Para estar contigo - Dijo serio pero sin dejar de sonreír - Ya que esta mañana no tuvimos ocasión de hablar.

-          ¿Conmigo? – Repetí.

-          No, con otra chica, pero te necesitaba por si la cagaba y me ponía nervioso- Dijo con un tono irónico que se notaba a kilómetros.


-          Ah bueno, si has quedado con otra... - Me levanté.


-           Pilar por favor... - me echó una mirada asesina.


-          ¡Vale, vale! - Reí y me volví a sentar.


Reímos los dos, y sin que me dé cuenta, pasó su mano por mis hombros. Cogí su mano y me apoyé en él.


-          Qué bonito - Dijo Zayn.


-          ¿Los árboles? - volví a bromear, y de nuevo reí.


-          Pilar... - Dijo en tono desesperante. Pero seguía con la sonrisa puesta, no se le iba.


-          Vale ya, dejo de decir tonterías.


-          ¿Vamos a algún lado? - Me quitó la mano de los hombros y me senté bien.

 
-          Lo que tú quieras - le miré a los ojos, eran tan preciosos. Podría tirarme horas y horas mirándole y no cansarme.


-          Vamos - se levantó y me ofreció su mano. Se la cogí y me levanté, me puse bien la ropa y comencé a andar a su lado.


-          ¿Y dónde vamos ahora?- Dije intrigada.


-          Deja de preguntar, señora preguntona - No pude contener la risa.  


-           Sí señor Malik. - Elevé la mano abierta hacia la frente.


Andamos un buen rato, creo que una media hora, pero se me pasó rápida.


-           Haber, ahora necesito taparte los ojos. - Puso sus manos en mis ojos tapándolos.


-           Claro hazlo, no preguntaré que si no me matas - Al estar así, tan cerca suyo me sentía tan protegida. Como si ya nada pudiera pasarme.Andamos como unos 50 metros.


-           Ya estamos aquí - Me destapó los ojos, y lo primero que vi fue un atardecer precioso. Eran las siete y media de la tarde, normal, ya era hora de que oscureciera.


-          Qué bonito Zayn - Dije mirándo con la boca abierta el atardecer.


-          Me gusta venir para relajarme.


Tenía razón se está realmente bien aquí. Se puso mi lado, demasiado junto de lo normal. Latía mi corazón a mil por hora, parecía que se iba a salir. Había un silencio, pero se rompió enseguida.


-           Te gusta? - Dijo él. Asentí y le miré. Sentí como cogía mi mano con la suya y yo entrelazaba los dedos. Reí y me escuchó.


-           ¿Pasa algo?
 

-          No, sino que... no sé - Seguí riendo.


-          ¿ El qué no sabes, cariño?- Seguía preguntando. Joder, cariño. Quedaba tan bien diciendolo él.


-          Que no sé si esto es verdad. Hasta hace unas semanas, era yo unas de estas chicas de esta mañana, la típica gritona, llorona y que no paraba de hablar de este moreno que tengo a mi lado, o sino que te lo diga Isa porque no... - Me calló con un beso, ¿Estaba soñando? ¿Estaba besando a Zayn? ¿Zayn Jaawad Malik? Él sonrió tras el beso.

-   ¿Te lo crees ahora?
-   Si - dije afirmando secamente y tocándome el labio.

 

-Narra Isa- 



Comencé a vestirme, me puse lo primero que pillé. Me recogí el pelo con una coleta y listo.


Había pasado media hora justa desde su llamada y no había venido. ¿Y si se ha arrepentido de quedar conmigo? Esto de esperar no me gustaba, me ponía a pensar y me rayaba mucho. Pasó un par de minutos y tocaron al timbre. 


-          ¡Yo voy! – Dije corriendo por el pasillo y alargando la o demasiado. Era él, le abrí. Para esperar a que subiera, fui al baño y cogí un perfume, uno que me solía poner siempre allí en España, y que aquí todavía no me había puesto. No lo encontraba por ninguna parte, miré bien y ahí estaba. A veces cuando llevamos prisas e intentamos ir lo más rápido posible es peor, aún te retrasas más. Me lo eché y cogí lo más rápido que pude el móvil y lo metí en el bolso. Salí al pasillo pero no estaba ni la puerta abierta, como la había dejado por última vez, ni Niall allí. 


-          ¿Y Niall? – Le dije a Amelia al ver que no estaba.


-          Se ha equivocado. - ¿Qué decía? Yo le había abierto la puerta, no se había equivocado. Fui deprisa hacia la habitación y me asomé por la ventana. Lo vi que estaba cruzando la calle.


-          ¡Niall! ¡Niall! – Le grité. Me escuchó y se giró. No sonreía, tenía la cara seria. – Espera que ya bajo. – Levantó el pulgar hacia arriba. - ¿Por qué no has dejado que entre, Amelia? – Pregunté abriendo la puerta para irme. 


-          Intentó besarme, otra vez. - ¿Besarle? ¿Otra vez? ¿Pero esta mujer estaba bien? ¿Acaso lo conocía? Demasiadas preguntas rondaban ahora por mi cabeza, pero no quise hacer ninguna, no quería hacerle esperar más. Bajé y allí estaba delante de la puerta de entrada al piso con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada.


-          Siento la espera. – Decía mientras cerraba la puerta, le daba dos besos y comenzábamos a andar. 


-          No, es mi culpa. Tenía que haberme acordado de que vivía aquí. – Joder, me estaba todo pareciendo tan raro. Se conocían, eso era obvio. Pero, ¿Qué pasaba?


-          ¿Quién, Amelia? – Seguíamos andando. Él estaba serio, yo desconcertada. Pasaba algo raro. Pero la había intentado besar, ¿era idiota?


-          Sí. – Dijo sin pensárselo. Paré de andar y lo miré con rabia.


-          ¡¿Y por qué coño intentas besarla?! – Estaba enfadada o ¿serían celos? 


-          ¿Qué? – Habló dándose cuenta de que no le seguía y girándose para mirarme a la cara.


-          Lo has oído bien. – Fue hacia a mí.


-          No, yo no he intentado besarla. Ya la dejé en su momento y ahora intentar besarla ¿soy imbécil? - Hablaba subiendo el tono cada vez más, haciendo movimientos con las manos y los ojos abriéndose más y más. Yo me quedé callada con los brazos cruzados y mirándole fijamente. – Es mi ex, Isa. – Bajó el volumen. – Y cuando me ha visto ahí en su puerta ha pensado mal y me he ido para llamarte y quedar en otro sitio. – Descrucé los brazos y seguí hacia delante dejándolo atrás. Amelia era su ex, demasiado fuerte. Enseguida me alcanzó. Después de unos segundos de silencio, decidí romperlos.


-          ¿A dónde vamos? – Nuestras manos se rozaban pero eran demasiado cobardes como para cogerse.


-          A Hyde Park. Me encanta ir allí a tocar la guitarra. Es un lugar bonito. – Hizo un gesto como si estuviese tocando una, que tonto parecía. Pero un tonto monísimo. 


-          ¿Y no te has traído la guitarra? – Le dije buscando a ver si llevaba alguna. Negó con la cabeza y esbozó una de sus sonrisas. Mi manó puso valentía y cogió la suya. Le pilló de sorpresa, no se lo esperaba. – Pues yo quería que me tocaras alguna canción tuya. - Dije poniendo cara triste.


-          Para eso tendremos que quedar otra vez. – Dijo con una sonrisa pícara, alzando una ceja y entrelazando sus dedos con los míos.


-          ¿Solo una? – Seguía con mi cara triste y esta vez haciendo pucheros.


-          Todas las que haga falta. – Levantó nuestras manos hasta quedarse apoyadas en el hombro más alejado. Y me besó suavemente en la mejilla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario