-Narra Isa-
Cada uno hablaba con el que tenía al lado. Estábamos como
divididos en cuatro grupos; Harry y yo, Louis y Liam, Pilar y Zayn y por último
Niall y… no, Niall estaba solo. Comía rápido y decidido, era verdad cuando
decían que le gustaba más la comida que otra cosa. Muchas veces levantaba la
mirada hacia a mí, quien también le miraba. Me enamora esa sonrisa imperfecta
con mil y un defectos que hacen de ella aún más perfecta. Ese pelo rubio
alborotado y, todo en sí.
-
¡¿Me estás escuchando?! – Era Harry dándome
golpes en el hombro para captar mi atención.
-
¿Qué? Sí, Harry, no ves que sí. – Le dije
mientras le paraba la mano y me frotaba el hombro en el que estaba dando
golpecitos.
-
Venga, ¿Qué estaba diciendo? – Vuelvo a mirar
hacia el sitio donde estaba sentado Niall, pero esta vez no estaba, estaba
vacío. Miré para los lados buscándolo pero nada, no aparecía por ningún sitio.
Estaría en el baño, supuse.
-
Pues… - En ese preciso momento me vibró el móvil
que estaba en mi bolsillo del pantalón. Era un mensaje de una amiga de España.
Lo abrí y comencé a leer para mí.
“Cariño, ¿Cómo estás? Espero que
bien. Nos podrías llamar de vez en cuando o algo, cielo. Estamos todas muy bien
y os echamos de menos a las dos. Te tengo que contar millones de cosas. Espero
hablar con vosotras pronto, besos.”
-
¿De quién es el mensaje? – Pregunta Harry
cotilleando y moviendo la cabeza para poder verlo.
-
No seas cotilla. – Le dije mientras me guardaba
el móvil, otra vez, en mi bolsillo.
-
Oye, que yo te he contado cosas muy personales,
y ahora ¿no me quieres enseñar un simple mensaje? – Hace un gesto de enfado muy
gracioso. Se le notaba demasiado que era de broma y me eché a reír. – Ah, se me
olvidaba. No me escuchabas. – Eso último lo dijo abriendo mucho los ojos y la
boca. Realmente era muy gracioso.
- Narra Pilar-
Terminamos de comer y salimos de aquel restaurante. Estaba nublado y parecía que fuera a llover en cualquier momento. Cuando nos metíamos de nuevo en la gran limusina se oyeron ruidos de gente corriendo y gritando los nombres de los chicos. Rápidamente, el chofer nos metió en el coche y arrancó. Y pensar que no hace más de una semana éramos como ellas.
Dentro de la
limusina nos echamos unas fotos de grupo para guardarlas como recuerdo y como
siempre Louis salía con su cara de tonto. Cogí la cámara para ver la foto, me
hizo muchísima gracia la cara de Louis; Me fijé en la sonrisa de Zayn; Liam al
lado de Harry, ellos sí salían normales y bastante bien y en el beso de Niall a
Isa. Que graciosos todos… ¡un momento! ¿Niall dándole un beso a Isa? En la
mejilla, obviamente. La verdad es que no me lo esperaba. Apagué la cámara
y empecé a elevar las cejas moviéndolas de arriba hacia abajo y viceversa, y
mirándola, quien me miró también a mí.
-
¿Qué pasa? – Dijo ella entre risas y moviendo los hombros.
-
¿Qué? Nada, nada. – Reí yo también. Salían preciosos, ¿He dicho alguna
vez que hacen muy buena pareja? Y parecen que se gustan y todo.
De repente el coche paró y nos abrieron las puertas para bajar. Los chicos nos dijeron que bajásemos primero, siempre ellos tan educados. Bajamos las dos, Isa primero, luego yo, y detrás los chicos. Vimos una casa enorme con jardines, aparcamiento y algún que otro lujo. Pero parecía normal la casa, algo grande, pero normal.
-
Bienvenidas a nuestra casa – Dijo Zayn señalándola. Le miré con una
sonrisa que me cubría toda la cara y volví a mirar a la casa.
-
¿Entramos? – Dijo Liam dirigiéndose a nosotras.
-
Claro.
Fuimos paseando por el jardín, podíamos ver
varios grupos de diferentes flores que quedaban muy bien junto a una fuente
realmente bonita, hasta llegar a la entrada. Entramos y pasamos al salón que
estaba justo a la izquierda de la entrada.
Todos
estábamos sentados en los sofás que había allí. En uno estábamos Isa, Louis,
Harry y yo y en el otro Liam, Zayn y Niall. Puedo asegurar que con los que me
llevo mejor, con respecto a amistad, es con Louis y Harry. Estés cómo estés, con
Louis siempre acabaras con una sonrisa, él es así. Harry, mí querido chico del
pelo rizado y esos hoyuelos que son realmente dulces. Me encanta hundir mis
dedos en ellos, cosa que a él le molesta, y por eso aún lo hago más.
-
¿Queréis algo? – Propuso Liam. A lo que todos respondieron con un sí
tan rápido que no nos dejaron contestar a nosotras. Liam fue a por cosas para
tomar, entonces Zayn me hizo un gesto con la mano para que me sentara a su
lado. Yo no me negué y fui a sentarme justo entre Niall y Zayn, donde estaba el
hueco que había dejado Liam al irse. Cuando estuve nada más que unos segundos
ahí Niall se levantó y fue a parar en el reposa brazos del otro sofá, al lado de Isa. Noté
como se puso tensa la pobre.
-
¿Qué querías Zayn? – Decía mientras sonreía enseñando todos mis
dientes y miraba fijamente a sus ojos que me hacían enloquecer.
-
Estar a tu lado. – Me dijo acercándose aún más a mí. Nuestras piernas
se rozaban. Con lo lanzada que era yo en muchas ocasiones y ahora no me salía
palabra alguna. Oía mientras cómo hablaban los demás, no paraban de reírse.
Liam vino con unas cuantas bebidas en la mano. Las puso en la mesa que estaba
en el centro del salón y todos se abalanzaron sobre ellas dejando solo una, la
mía. Zayn la cogió y me la trajo hasta el sofá.
-
Gracias. – Le dije sonriendo. Cuando se sentó le di un beso en la
mejilla.
-
Ooooh… - Era Louis. Le tiré un
cojín que estaba por el sofá y todos reímos.
-
¿Es que te gusta Zayn, Pilar? – Decía Harry con un tono súper
gracioso, pero yo no me reí, le eché una mirada asesina más bien.
-
¿A mí? Buf… vamos… - Dije en tono irónico aun que era cierto que me
gustaba. Zayn al escuchar esto estuvo un buen rato mirando hacia abajo con una
sonrisa fingida. Le hice una pequeña caricia en la pierna, disimulando un poco, para
que no se ofendiera con mi comentario.
-
¿Qué ha sido eso Pilar? – Soltó Harry riendo a carcajadas.
-
¿El qué? – Le mire extrañada.
-
Esa caricia a Zayn. Te hemos pillado – Dijo de nuevo, aún riéndose más si cabe. Mierda,
lo había visto… ¿Qué hago?
- He visto que tenía el pantalón manchado y se lo estaba limpiando, pero no se quita. – Me puse
realmente nerviosa y dije lo primero que se me pasó por la cabeza. Todos me
miraban. – Dejad de mirarme, que me intimidáis, joder. – Me tapé la cara con
las manos.
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