Capitulo 14. Being the way that you are is enough

-Narra Pilar-

Ahí estábamos los dos, besándonos de nuevo, hundiéndonos en nuestros labios. Esto parecía un sueño, pero era verdad, los estaba notando. Nos separamos unos milímetros.

- ¿Te lo vas creyendo ya? - Dijo él cogiéndome la mano.

- Si, lo creo - le sonreí. Había sido tan perfecto. - ¿Damos una vuelta?- Entrelacé los dedos.

-Claro, vamos.

Comenzamos a andar cogidos de la mano, no queriamos separarnos. De repente, una niña pequeña, de unos seis años, hizo que Zayn pararse, y yo tras él.

- Hola, ¿me firmas un autógrafo, por favor? - Dijo con una voz dulce, tímida. En su mano llevaba una foto de él, que bonita la niña.
- Por supuesto, guapa - Vi como le firmaba y su padre les echaba una foto juntos. Yo sonreía mirándolo que guapo que es. Volvimos a andar despacio. Nuestra mano no se había separado ni para echarse la foto con la niña.

- Que guapa era - dije refiriéndome a la niña.

- Pues como tú - me dio un beso en la mejilla. Me moría por dentro, es perfecto. Sonreí al sentirle, seguimos andando, hasta que se separó de mi. Paré, y vi como se acercaba a un puesto callejero de flores. Compró una rosa y volvió conmigo.

- Toma preciosa - Me la dio.

- Gracias precioso - Sonreí imitándolo y olí la flor.

Sonó mi móvil, y me alejé unos pasos para cogerlo. Descolgué.

- ¿Si? - Respondí.

- ¡Hola! - Esa voz me sonaba - ¿Como lo estás pasando? - Era Isa, claro ni si quiera me había percatado a leer su nombre, solo a cogerlo y que tardara lo menos posible para volver con Zayn.

- Hola pesada - Reímos fuerte las dos a través de los móviles- Bien, ya te contaré - Dije como si fuese algo normal, no me iba a poner histérica por teléfono delante de Zayn.

- Si, si, ya me contarás.

- Bueno pesada, cuelgo, que tengo mejores cosas que hacer.

- Eso me suena a ... - La interrumpí.

- ¡A nada! Adiós, fea, te quiero - colgué el teléfono, lo guardé en mi bolsillo, y volví con Zayn.

- ¿A quién quieres tanto? - me dijo sonriendo.

- A la pesada de Isa, la quiero demasiado, aunque no se lo digo casi nunca - Le di un beso en la mejilla.

- Ah, ¿y a mí no me quieres? - Agachó la mirada haciendo pucheros.

- Son amores diferentes tonto, no te pongas así - Le acaricié la mejilla y levantó la mirada, plantándome otro beso. Querría tirarme todo el tiempo sintiendo esos labios. Nos levantamos y empezamos a andar. Después de unos minutos llegamos a mi casa.

- ¿Quieres pasar? - Dije subida en las escaleras de la entrada.

- No, hoy no, lo siento. ¿Tan rápido me quieres presentar a tus padres? - Bromeó.

Reímos los dos y le abracé.

- Bueno guapa, ahora la despedida.

- ¿Me das un toque cuando llegues a casa?

- Claro - Me dio un beso apasionado, dulce. Como él. Nos separamos y abrí la puerta.

- Adiós - dije adentrándome en la casa.

- Adiós - respondió él. Dijo te quiero con los labios. Cuando entré, fui a mi habitación corriendo, y me asomé a la ventana. Vi como andaba despacio y sacaba su móvil del bolsillo y se lo ponía en la oreja. Sonó mi móvil, lo saqué, y lo cogí.

- Buenas noches - dijo él.

- Buenas noches bonito. Cuando quieras te das la vuelta - Reí
Se dio la vuelta y yo me despedía desde la ventana. Él decía adiós con la mano, colgué el teléfono. Me mandó un beso con la mano. Sonreí y me quedé mirándolo desde la ventana, hasta que dio la esquina de la calle. Fui al baño me desmaquillé y me puse el pijama. Me encantaba este pijama, era de vaquitas lo compró mi abuela. Me tumbé boca arriba en la cama. No paraba de sonreír como una tonta. Sonó de nuevo mi móvil, como sea él...

- ¡Hola pequeñaja! - Esa voz...

- ¡Louisito mío! - Reímos los dos en ambos teléfonos.

- ¿Qué tal? - Preguntó él.

- Yo, genial - seguía sonriendo. Louis era lo mejor, sin duda el que mejor te lo hace pasar.

- No si me lo imagino.

- ¿Qué? ¿Por qué? 

- Por como ha venido Zayn. - Joder, no os ha pasado ninguna vez de estas que estas sonriendo a todas horas y aunque quieras no puedes dejar de hacerlo. Esta es una de esas ocasiones, estoy feliz.

- ¿Que ha pasado señorita Pilar?

- Nada de su incumbencia señor zanahorio.

- ¡Jolín, pues no me lo vais a contar ninguno!

- Tranquilo mr. Carrot, mañana iré a visitaros.

- ¿A mí, o a Zayn?

- A todos, tonto...

- Bueno peque, cuelgo ya, que es tarde.

- De acuerdo, nos vemos mañana. Un besazo.

- Adios. – Dijo alargando la o hasta que no pudo más. Terminados de despedirnos riendo... Colgamos, y miré el reloj, que tarde era, e Isa en la calle. La llamaré al móvil.